Jugando a vivir

12/26/2005

De la navidad y otras celebraciones

En estos días he confirmado lo saludable que resulta separarse un poco de esta máquina computadora de vez en cuando. La he usado sólo un par de días por unos cuantos minutos y el cambio de actividades me ha sentado bien.
Sorpresivamente ayer llegó a mi casa un amigo de la preparatoria de quien tenía años sin recibir noticias. Al principio no pude ver quien era la persona que tocaba el portón, estaba obscuro y a la distancia no lo distinguía, pero en cuando me saludó supe que se trataba del buen Marco. A mis papás también les dió gusto verlo; platicamos un par de horas, de todo y de nada. Nuestras vidas han cambiado mucho, pero es bueno saber que las amistades, aunque ya no son muy cercanas, siguen siendo vigentes. Al término de cada ciclo los amigos tienen intereses distintos, toman caminos diferentes, pero a pesar de eso es bueno adaptarse a las nuevas circunstancias y saber que aunque las reuniones ya no serán frecuentes siempre habrá alguien a quien le dará un enorme gusto saber de ti de vez en cuando.
Hoy es el aniversario de bodas de mis papás; mi hermana y yo hicimos un esfuerzo sobrehumano y nos levantamos a preparar el desayuno a las 7:30 de la madrugada. Todo salió bien, incluso ayer 25 de Diciembre con casi todas las tiendas cerradas, tuve la fortuna de encontrar una tarjeta adecuada, tal parece que hubiera sido escrita específicamente para ellos. Lo importante es que estuvieron contentos.