Jugando a vivir

1/31/2006

Collage escénico

No sabía de antemano el nombre que se le da en teatro a una serie de escenas sobrepuestas que giran en torno a una temática: collage escénico. Aunque el no saber el nombre no fue razón para no apreciarlo.
El sábado pasado fui al teatro, debo confesar que siempre he sido un fiel admirador de todo aquello que se relacione con el teatro y las artes escénicas, además desde hace varias semanas que tenía ganas de asistir a algún evento de esta naturaleza. En www.arte-cultura-morelos.com encontré la cartelera de un encuentro internacional de teatro cuya temática fue: “Las mujeres en el teatro”. Durante la semana hubo varios eventos a los que por diferentes razones no pude asistir. El sábado por fin compré tres boletos, Vicky y Gwendy tuvieron la amabilidad de acompañarme aunque no sabían muy bien de que se trataba la obra, yo mismo no lo sabía muy bien. Podemos decir que sería una sorpresa para los tres.
La obra comenzó con 15 minutos de retraso, luego de los cuales una espigada mujer que supongo era española nos invitó a pasar a la sala. En el escenario solo dos elementos: una mujer vestida de negro sencilamente y una silla de madera. Más tarde nos dimos cuenta de que esa sería toda la escenografía. Una vez que todos estuvieron sentados y en silencio, llego “el momento”, algo que personalmente me resulta muy enigmático es justo el último momento antes que la obra comience, ese instante en el que todo mundo está expectante y los actores toman la última bocanada de aire. Según mis destornilladas ideas, es ahí en donde se decide el rumbo de la obra, el éxito o el fracaso le son conferidos por una extraña magia que se hace presente solo en ese preciso instante.
Se trataba de un monólogo, las escenas vinieron una tras otra y conforme transcurrían uno se iba dando cuenta de la intención del autor, o al menos, de la impresión causada en uno mismo. El color del ambiente cambiaba constantemente del dramatismo a la ironía y el recurso constante fue la confrontación visual que obligaba al espectador a poner en tela de juicio sus propias emociones, obligando a tender el puente entre lo que dice pensar y lo que en realidad le viene a la mente cuando tiene la escena frente a sus ojos.
Una mujer maltratada, violada, acomplejada, reducida al objeto que representa su cuerpo en el escaparate de los medios de comunicación fue lo que los ojos alcanzaban a ver de inmediato, aunque muchas más son las ideas que la mente de cada quien puede llegar a formular… eso depende de la experiencia de vida y de los propios prejuicios.
Me fui del teatro muy complacido por la sorpresa recibida; Gwendy y Vicky no compartían mi entusiasmo aunque se mostraron accesibles cuando un reportero del periódico local les preguntó si podía tomarles una foto para el suplemento cultural.
http://www.accionesimaginarias.com/casting/

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