Jugando a vivir

7/10/2006

De la polaca y sus asperezas

Si alguien le preguntara a cantinflas sobre su postura política en términos de nuestra situación actual, el muy burlón probablemente diría:
“Pues mira chato, yo tomé la alternativa en alianza con mi voto, de tener las manos limpias para que te vaya muy bien y por el bien de todos”.
Algunos de manera singular, otros de manera más burda, pero es generalizado el desprecio por todo aquello que venga de la política. Y no quiero decir que esta indiferencia aflore sin razón, pero es muy importante estar al pendiente y juzgar desde nuestro particular punto de vista.
La democracia nos exige un juicio a través de un voto por lo que la información de que se disponga es de vital importancia. Cualquiera que escriba o lea sobre política quizá estará de acuerdo en que los libros, artículos, columnas y demás emisiones al respecto del tema, casi siempre vociferan elucubraciones interminables de monserga política que resulta ininteligible para las masas. (Y que conste que esta última oración se elaboró para ser prueba fiel de si misma)
¿Qué podemos hacer para formarnos un criterio entonces? He aquí algunas cuestiones que creo observar y que podrían resultar útiles.

Por principio básico y elemental no se puede confiar en la televisión, ¡no!, lo siento, de verdad no se puede (perdón si rompo con la ilusión de alguien).
La información como tal es un espécimen raro de encontrar, normalmente va acompañada de una visión, sesgo o análisis subjetivo, hay que ser críticos y analíticos nosotros mismos también.
Los partidos políticos se empeñarán en hacer creer a las personas que son como un equipo de fútbol, del que se tienen que poner la camiseta y al que habrán de apoyar toda la vida. Ojo, lo que debemos defender es el punto de vista, no los colores de un partido.
En política no hay negros ni blancos, solo tonos de grises, hay que descartar de entrada todo lo que nos vendan como blanco ó negro.
Por último hay que hacer uso de la memoria y recordar situaciones similares del pasado, la política rara vez inventa cosas nuevas, ha observado los mismos fenómenos, patrones y comportamientos desde hace siglos.
Cuando tengas que tomar la decisión del voto hazlo en términos de juicios propios y no basado en los de alguien más (por muy convincentes que parezcan)
Y por último, quejarse acerca de la política no libera al quejoso de la responsabilidad de participar, se pueden hacer las dos cosas al mismo tiempo.

Poner un poquito de atención a lo que pasa es la única manera de poco a poco ir limpiando de parásitos la clase política que hoy día está tan falta de clase.