Jugando a vivir

8/15/2006

Pináculo

Desde el fin de semana pasado el clima ha estado cambiando y yo diría que afortunadamente para bien. Todo mundo tiene malas rachas pero cuando estas se extienden tercamente nos parecen un eterno e irremediable suplicio. Y fue huyendo de las malas vibras que el domingo decidimos conocer un lugarcito en Cuernavaca llamado el Salto de San Antón. Es una caída de agua de unos treinta metros que se encuentra en alguna de las innumerables barrancas que hay en esta ciudad. El lugar es agradable, tiene un clima particular, como en todas las barrancas se respira la humedad en el ambiente y unos cuantos cientos de aves volaban alegres jugueteando con el chorro de agua, acercándose y alejándose una y otra vez. No se, bien a bien, que tipo de aves eran, pero eran escandalosas y podían posarse en la roca como lo hacen los murciélagos, escuché de otro visitante que eran golondrinas pero quizá fue la improvisada respuesta de un padre intentando no aparecer como ignorante ante las inclementes preguntas de sus hijos. La vegetación es abundante y los vendedores de plantas pululan por lo que nos dimos a la tarea de preguntar por algunas que nos parecieron llamativas, pero no hubo nada que pudiéramos llevar con nosotros, la mayoría de ellas necesitaban mucho sol y cuidados especiales. Al final nuestras opciones eran, por un lado, una planta enana de chiles color amarillo o naranja y por otro un bonsái o árbol enano de alguna variedad no muy delicada que pudiera adecuarse a un ambiente interior. Nos decidimos por un “cedro limón”, nombre con el que las vendedoras identifican a esta especie de pino en miniatura. Además se su apariencia amigable nos conquistó la pequeña maceta de barro en la que reposaba adornada con pequeñas piedras color blanco. Todo había sido paz y armonía hasta que reparé en que toda planta debe tener un nombre, así es que hice gala nuevamente de mi diarrea cerebral y lo bauticé con la primera palabra que se me vino a la cabeza: pináculo, si, pináculo. Inmediatamente recibí miradas de absoluta desaprobación ante mi ocurrencia y estuve a punto de ser excomulgado, pero a mi no me pareció tan malo, después de todo se le podría decir pinaculito de cariño. Después de preguntar por los cuidados que necesitaría nos acompañó al supermercado y luego a su nuevo hogar. El lunes recibió su primera dotación de agua y su color se mostró radiante y más encendido que el día anterior, al parecer le ha gustado el lugar que elegimos para él. Al recibir la luz del sol adquiere un tono verde limón y sus ramitas llegan a despedir un olor agradable. Pináculo trajo torta bajo el brazo y a apenas ayer recibí muy buenas noticias las cuales han mejorado positivamente el panorama para mí. Investigaré en Internet su nombre real y cuales son las consideraciones que hay que tener con él.

1 Comments:

  • Para: Sergio
    De : Blog-fans

    Se solicita atentamente una actualización de blog (6).

    By Anonymous Anónimo, at 9:21 p.m.  

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