Jugando a vivir

3/13/2006

De la embriagante, liberadora y mágica emoción que provoca el teatro

Para nadie es un secreto el enorme placer que provoca en mí una buena obra de teatro, incluso una obra de teatro regular, es mas, hasta un honesto esfuerzo por hacer teatro me llena los ojos; a fin de cuentas a mi me gusta mucho el teatro y punto. El viernes pasado, por fin logré asistir a una obra que había visto en cartelera desde hace poco menos que un mes. Es difícil encontrar gente que haga teatro en Cuernavaca, hay que estar muy atento porque las pocas que se presentan no reciben la difusión que deberían. Son como una buena mujer, cuando encuentras una, no hay que dejarla pasar.
La obra en cuestión de llama “Amor sin edad” se presenta en el Auditorio Carlos de la Sierra Ferrer del Centro Morelense de las Artes. Por ahora están programadas dos fechas más: 17 y 24 de Marzo a las 6 de la tarde. A todos aquellos que sean de Cuernavaca o que anden por acá, es una excelente opción para diversificar actividades, se las recomiendo. La obra es sencilla, irónica, y sarcástica a la vez, con un toque de dramatismo al final para sorprender al espectador; es ingeniosa y muy inteligente. No se requiere fumar nada para entenderla y lo mejor y más importante es que el papel principal es espléndidamente interpretado.
Un animal teatral es aquella actriz o actor que, sin importar el papel, se transforma en el personaje y proyecta sus emociones como si fueran las propias. En la obra, Mara es una viejita extrovertida y simpática interpretada por uno de estos animales, la mujer es brillante, llena el escenario y te arrebata el aliento un par de veces. Con solo el tono de su voz, proyecta más que una secuencia de varias decenas de imágenes. Las condiciones del teatro son limitadas, la iluminación apenas la necesaria, el espacio no abunda y el clima no es el ideal, pero los actores hacen un esfuerzo honesto, algo muy difícil de encontrar en estos días y no observé a nadie salir de la sala antes del final de la función, que sorpresivamente lucía un cupo lleno. Verán sobre el escenario a personas que aman el teatro, gente cuya remuneración principal es la pasión que provoca en ellos el arte. Gente a la que le valió muy poco los comentarios de: “te vas a morir de hambre si estudias una carrera de arte”. Hay una frase que bien podría añadirse al comercial de cierto refresco de cola: “¡Un aplauso!, para los que dejan a juicio del público el costo de la función y no se desaniman aunque encuentren monedas de diez pesos en los sobres”

PD: Nótese que no mencioné de que se trata la obra, vayan a verla, y dejen lo que sea su voluntad en los sobres.