Jugando a vivir

3/24/2006

El patio trasero de la moral

Tengo que confesar que me ha costado mucho trabajo digerir las palabras de Nietzsche. Comienzo a leerlo, intento comprender el fundamento de sus ideas, analizo sus argumentos, pero de ninguna manera logro sacudirme una extraña sensación que se manifiesta calladamente, en contra de lo que mis ojos están viendo. Es como si parte de lo que estoy leyendo atentara contra alguna de mis convicciones y eso me incomoda. No soy un religioso empedernido, eso no es ningún secreto, comparto casi cualquier crítica que pueda arrojarse en contra de la iglesia como institución manipuladora y sobrevaluada. Sin embargo, Nietzche va más allá, arremetiendo también contra preceptos morales tan básicos como la compasión.
Creo haber descubierto que no importa cuan racional creamos que podemos ser, siempre quedarán vestigios de la formación religiosa que nos envistió cuando niños.
Y no me refiero a la moralina superficial que nos invita a guardar tal o cual apariencia sino a los preceptos básicos con los que hemos crecido, cuestiones morales que toda la infancia aceptamos debido a que corroboramos sus bondades en varias ocasiones.
Es obvio que uno no tiene que creer en todo lo que lee, mucho menos estar de acuerdo, la lectura consiste en conocer diferentes realidades, entrar en ellas, y tomar lo que nos resulte úlil o gratificante.
Ahora que pensándolo bien, me gusta esta incomodidad, eso quiere decir que mi cerebro está poniendo atención a lo que lee.

1 Comments:

  • El cerebro está activo, pensante y por eso, cuando algo no coincide con lo que ya hay dentro, a veces duele. Eso significa que ahí está y hay que estar feliz por eso :)

    By Blogger Senda 18, at 3:22 p.m.  

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