Un dulce olor a muerte
El viernes pasado, muy a mi pesar, el dulce olor a muerte se disipó. La novela se terminó de súbito, burlándose de mí a sabiendas que de mi parte no había prisa alguna por terminar.
Actualmente es muy probable que la gente conozca a Guillermo Arriaga; los más por el sonado éxito de “Amores perros”, los menos por el premio al mejor guión en Cannes hace un par de años. Naturalmente sentí curiosidad por leer algo más de él, algo que no tuviera que ver con las dos historias que ya había visto en la pantalla. “Un dulce olor a muerte” me ha gustado muchísimo, Arriaga conforma una narración muy gráfica, llena de detalles, que nutre con gran eficacia la imaginación del lector. Se nota a leguas una vocación narrativa ágil y dinámica, es tacaño con las palabras aunque trata siempre de comunicar lo más posible. La novela es fácil de abordar, de las que se terminan en unas cuantas horas, más no por eso es simple.
Tengo que decir que al leerla es imposible que no venga a la mente “Crónica de una muerte anunciada”, ambas son historias que se estacionan en ese paraje maravilloso y mágico que es la vida rural provinciana. Sin embargo, el estilo narrativo de Arriaga difiere por mucho del de Gabo, siendo el primero raudo e imaginativo, mientras el segundo es pausado y lleno de matices.
Actualmente es muy probable que la gente conozca a Guillermo Arriaga; los más por el sonado éxito de “Amores perros”, los menos por el premio al mejor guión en Cannes hace un par de años. Naturalmente sentí curiosidad por leer algo más de él, algo que no tuviera que ver con las dos historias que ya había visto en la pantalla. “Un dulce olor a muerte” me ha gustado muchísimo, Arriaga conforma una narración muy gráfica, llena de detalles, que nutre con gran eficacia la imaginación del lector. Se nota a leguas una vocación narrativa ágil y dinámica, es tacaño con las palabras aunque trata siempre de comunicar lo más posible. La novela es fácil de abordar, de las que se terminan en unas cuantas horas, más no por eso es simple.
Tengo que decir que al leerla es imposible que no venga a la mente “Crónica de una muerte anunciada”, ambas son historias que se estacionan en ese paraje maravilloso y mágico que es la vida rural provinciana. Sin embargo, el estilo narrativo de Arriaga difiere por mucho del de Gabo, siendo el primero raudo e imaginativo, mientras el segundo es pausado y lleno de matices.